¿Te sientes perdido?

Todos los problemas del hombre surgen porque no puede sentarse solo en una habitación durante 30 minutos. Y diría que hasta me estoy pasando.

¿Alguna vez te has sentido perdido en la vida? Como si no supieras qué está pasando, no sabes qué hacer, no tienes ninguna motivación y simplemente no puedes resolverlo. Joder, la de veces que me he sentido así y no entendía qué cojones estaba pasando. No daba con la tecla. Me autoengañaba llevando a cabo alguna acción de mecha corta que me ayudara a salir de ese bucle en el corto plazo, me recompensaba con dopamina barata, me quedaba de nuevo sin ideas y ahí estaba otra vez. Perdido. Deprimido. Sin ganas de nada.

Si estás en una situación parecida, este correo no va a solucionarte la vida ni va a enseñarte “los 3 pasos para tener éxito en la vida” ni mierdas de esas, pero creo que podría tener algunas respuestas para ti, respuestas que, con suerte, te traerán claridad y te sacarán de esta situación.

Antes de solucionar cualquier problema, necesitamos entender cuál es realmente el problema. Si tuviera que adivinar, diría que la dopamina del resultado final de lo que te gustaría tener, o mejor dicho ser, te vuelve demasiado ambicioso y, lo creas o no, por eso te sientes así ahora mismo. Verás, cuando quieres grandes cosas en la vida pero no tienes la constancia o la disciplina para lograrlas, te quedas en un estado de confusión, una falta de equilibrio entre un exceso de motivación y una falta absoluta de claridad. Por ejemplo, ahora están siendo los Juegos Olímpicos de París y ver a todos esos atletas correr a esos ritmos, nadar como si fueran delfines o levantar una barra del suelo con la facilidad con la que lo hacen, enciende algo dentro de ti que dice: “Yo también puedo”. O quizá simplemente el hecho de seguirme en redes y verme entrenando o cruzando la línea de meta de un Ironman, haga que tú también quieras sentir esa sensación y vivir la experiencia.

BOOM. Tenemos el detonante.

Todo eso proviene del desajuste entre tu visión del futuro y tus acciones diarias. Por hacértelo más sencillo, es la forma en que tu subconsciente te dice que quiere hacer cosas, que tiene ambición, y quiere hacer cosas con esa ambición.

Si lo piensas bien, tiene todo el sentido del mundo. Al fin y al cabo, ¿cuál es la necesidad de experimentar emociones negativas? ¿cuál es realmente su función? ¿Por qué las experimentamos? Digamos que son simplemente una forma de retroalimentación que tiene nuestro subconsciente para indicarnos que lo que está sucediendo no es bueno para nosotros. Pero, ¿qué debemos hacer entonces?

En la vida, necesitamos una razón para vivir, una razón para mantenernos vivos fuera de la supervivencia. Un propósito. La mayoría de las personas que ves hoy en día a diario por la calle, en el coche, el metro, en un centro comercial o incluso en un gimnasio, no tienen esta razón. Solo están sobreviviendo, pasando en piloto automático cual ovejas en un rebaño. Aunque eso no te describa exactamente, puede que estés sufriendo el mismo problema en la sombra. No tienes una razón de ser, ni claro cuáles van a ser tus siguientes pasos. Sin claridad, bueno, simplemente no vas a ir a ningún lado.

Entonces, ¿qué has aprendido? La falta de foco es la razón por la que nos sentimos así, y la falta de razones es el motivo por el que no tenemos claridad. Tenemos que encontrar nuestro propósito. Cada uno tendrá uno único y diferente; yo odiaba correr, eso era de cobardes. Pensaba que andar era hacer cardio, que si hacía cualquier otra cosa que no fueran pesas perdería masa muscular y combinar la fuerza y la resistencia era una combinación imposible. Sin embargo, haciéndote las preguntas correctas, puede que encuentres algunas respuestas por dónde empezar.

¿Qué te gusta hacer?

¿Qué te hace feliz?

¿Qué necesita el mundo?

¿Por qué te pueden pagar?

¿En qué eres bueno?

La idea es empezar por encontrar un término medio. Un equilibrio. Encontrar esto finalmente revelará tu verdadero propósito, dándote algo en lo que trabajar que no solo te beneficiará enormemente a ti, sino a todos los que te rodean. Pero todavía hay un problema. Quiero decir, está muy bien encontrar lo que quieres hacer con tu vida, y estoy seguro de que te apegarás a eso durante al menos cuatro días creyendo que ya tienes todo el trabajo hecho, pero ¿cómo vas a lidiar con la constancia?

Ahora, voy a presentarte un concepto que al principio podría sonar un poco extraño, pero si me escuchas, podría cambiar tu vida para siempre. La verdadera razón por la que luchas de manera encarnizada diariamente con tu capacidad de ser constante, se debe simplemente al hecho de que crees que estás viviendo tu vida. Crees que te despiertas cada día, haces tu rutina diaria y crees que tienes toda una vida por delante. Sin embargo, ese no es el caso. Siento arruinarte la fiesta.

El juego de la vida al que juegas tiene una serie de reglas y no lo juega solo una persona. No lo juegas solo tú. Cada día que te despiertas, una nueva versión de ti está jugando. Con diferentes formas de interpretar esas reglas. Si puedes entender este concepto, nunca volverás a luchar con la constancia. Puede que pienses que estoy zumbao de la cabeza. Mi perro fue el primero que lo pensó, supongo. Pero dale una vuelta por un momento. A nosotros, como humanos, nos encanta complacernos en la gratificación instantánea. Nos encanta divertirnos hoy y lidiar con las consecuencias mañana. Pero, ¿por qué? Porque no tenemos que lidiar con ello. Solo experimentamos el aquí y ahora, el momento presente. Podemos usar eso a nuestro favor.

El primer paso para volverse constante es darse cuenta de que la constancia en sí misma no existe. La idea de ser constante a lo largo del tiempo es simplemente un mecanismo de afrontamiento, una forma de decirte a ti mismo que puedes compensarlo mañana, cuando en realidad, solo tenemos el momento presente, nada más. Cada día que te despiertes, debes recordarte eso, de lo contrario, siempre estarás diciendo que lo harás mañana. Ahora es cuando la obsesión entra en juego. Un año sin distracciones. Foco exclusivamente en esas respuestas. En tu nuevo propósito.

Si quieres vivir una vida plena, irónicamente, necesitas reconocer que la constancia no existe. Solo puedes vivir hoy, y las decisiones que elijas tomar hoy dictarán si tu yo de mañana tiene un día llevadero u otro día de mierda recogiendo los pedazos que dejaste.

Tú eliges.

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Pablo