Ni ganar, ni participar.

"Yo no sé cómo aguantáis"

Espero que estés teniendo una semana productiva, la mía está siendo una auténtica montaña rusa de emociones a 1 día de competir en el Ironman de Vitoria. Te cuento:

  1. El viernes pasado pasé la noche en urgencias. Mi sistema inmune se vino abajo y se me apagaron completamente los plomos. Sin avisos. Me diagnosticaron mononucleosis aguda. Ya la había pasado de pequeño y no guardo buenos recuerdos precisamente. Después de hablar con dos médicos más, no creen que sea mononucleosis, sino más bien una mezcla de un cuadro vírico y un estrés muy alto. En eso les doy toda la razón.

  2. He estado casi 5 días sin entrenar y con dolores muy fuertes en todo el cuerpo a nivel articular y muscular.

  3. Decidí hace apenas 2 días que iba a intentar competir, aunque no esté al 100% y sabiendo que mi salud no corre peligro.

  4. El jueves al llegar al pueblo donde me estoy alojando estos días, me di cuenta de que para acceder a la casa de Airbnb, se necesita un 4×4 para acceder por el kilómetro y medio de acceso forestal. Una odisea.

Con todo ello y todo vaivén de pensamientos que he tenido estos días en la cabeza, he encontrado respuesta a una pregunta que yo me hice en su día y que ahora me hacen mucho cada vez que les cuento que voy a hacer un Ironman. El dueño de la casa, un vasco cerrao, me dijo:

“Yo no sé cómo aguantáis”

La clave para entender la respuesta, no está a nivel físico. Reside a nivel mental.

Después de todos los golpes que me he llevado estos días, la mayor parte por mi culpa, he llegado a la conclusión de que enfrentarte a una prueba de este calibre, solo pasa por silenciar a todas las voces de tu cabeza. Mente fría y tomar sabias decisiones.

Para mantener esta mentalidad, creo que es fundamental centrar todas tus energías en competir. Ni participar, ni ganar, ni resultados. Rendir a tu mejor nivel bajo presión. Controlar aquello que depende de ti y adaptarte a cuanto se escapa de tu voluntad.

Cero quejas.

Cero excusas.

Darlo todo creyendo que se alcanzará el objetivo.

La vida es demasiado corta como para no ver nunca de lo que eres capaz.

No te conformes.

No hagas concesiones.

No seas pequeño.

Después de luchar contra las monstruos que habitaban en mi cabeza durante mucho tiempo, esa fue a la conclusión que llegué. Los que nos obsesionamos con algo, tenemos muchas más oportunidades de aterrizar nuestros sueños en objetivos y después convertirlos en realidades. Algo con lo que la mayoría ni siquiera puede llegar a imaginar. En el deporte. En los negocios. En el arte. Una marca mundial. Un récord del mundo. La mitad de la batalla es convencerse de que se puede. La otra mitad es convencerte de ir a por todas. All in. No hay grises. Es difícil apagar el ruido, y vivir dentro de uno mismo. Pero es la única manera. Hacer algo tan magnífico, tan implacable, tan inaudito, que te muestre quién eres realmente.

Mañana nada ni nadie me quitará la sonrisa.

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Gracias por estar ahí, de corazón.

Pablo