Miedo, cambios e incertidumbre

¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

¿Cuántos de vosotros estáis pensando en cambiar de trabajo? ¿Cuántos queréis cambiar de casa o de ciudad o de país?

Quizá llevéis ya pensándolo mucho tiempo, pero no os decidís a dar el paso. La incertidumbre de si es o no una buena decisión, os mantiene completamente afligidos y encerrados en una prisión que os habéis creado vosotros mismos. Lo bueno es que también tenéis la llave para salir de ahí. Para apagar todo el ruido que hay en vuestra cabeza y vencer las mil batallas que estáis librando en silencio con los monstruos de ahí arriba. Tenéis la llave para entender que hay más allá del miedo. Miedo al cambio.

Dónde estoy, dónde quiero estar y en quién me quiero convertir. Tres preguntas que muchos de vosotros os habéis hecho y sin embargo, aún no habéis obtenido respuesta. No tenéis un propósito.

¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

En muchas ocasiones, experimentar un cambio nos supone tener que ampliar nuestra zona de confort y nos genera rechazo. Rechazo por no saber qué hay al otro lado, detrás de tanta incertidumbre. Un cambio nos hace sentir que cualquier cosa que se escape a nuestro control, va a suponer un caos al que no vamos a saber hacerle frente porque no tendremos las herramientas adecuadas para sobreponernos. Lo que no nos han contado es que el cambio, o mejor dicho, la evolución es inevitable e imparable: un despido, un matrimonio, un divorcio, un fracaso, la muerte de un ser querido, un accidente, una lesión, el primer desamor…

Si indagamos un poco en la biología y la naturaleza del ser humano, nos damos cuenta de que somos seres que estamos hechos para ser eficientes. Cuando hablamos de hábitos, tendemos a buscar el fin último como automático, es decir, conseguir que nuestros esfuerzos por interiorizar una tarea, hagan que gastemos la menor energía posible en realizarla. Que se vuelva algo completamente innato.

Pensemos en lavarnos los dientes por la noche y querer salir a correr por las mañanas. Cuando nos vamos a dormir, no pensamos en si lavarnos los dientes o no, es algo que hacemos de manera automática, sin pensar. ¿Por qué cuando intentamos salir a correr por las mañanas, acabamos procrastinando?

¿Para qué lo voy a hacer hoy si lo puedo hacer mañana?

Cualquier esfuerzo de inicio que nos haga replantearnos nuestro estilo de vida, es difícil. Nuestro sesgo actual por el conformismo, la impaciencia y el cortoplacismo, lo pone todo mucho más cuesta arriba. Si te doy a elegir entre 100€ ahora mismo o 200€ en 1 mes, ¿qué elegirías?

Así que la pregunta es, ¿si quiero interiorizar un hábito, por dónde empiezo?

A diferencia de mucha gente con la que he intercambiado opinión sobre este tema y esta pregunta en concreto, me declaro fan absoluto de buscar una fecha que te inspire motivación y confianza para empezar un nuevo hábito. Ahora viene el pero y en mayúsculas: no digas que vas a empezar a entrenar el 1 de enero y esperes de brazos cruzados a que llegue el día, porque la ostia que te vas a pegar va a ser para ponerla como la octava maravilla. Aprovecha ese tiempo para ir tejiendo un plan, una estructura, una organización a medida, un guía, los problemas u obstáculos que pueden ir surgiendo y cómo crees que podrías afrontarlos mejor, en fin, coge impulso porque lo vas a necesitar.

Cómo tomar mejores decisiones

¿Me arrepentiré si no lo intento? ¿Me arrepentiré si lo intento?

Esas son las dos preguntas que yo me hago cada vez que la incertidumbre se quiere apoderar de mis pensamientos. Os puedo asegurar que la balanza a favor del arrepentimiento por cosas que no hacemos, es infinitamente mayor. Todos los fracasos, los errores que he cometido o las malas decisiones que he tomado, han sido los mejores aprendizajes que he tenido en mis 31 años de vida. Me han enseñado a sobreponerme a los límites que me autoimponía o que dejaba que otros pusieran sobre mí, permitiéndome fallar con el único propósito de no defraudar a mi yo de dentro de 10 años.

A la hora de tomar una decisión, somos muy radicales. Me incluyo. Pensamos que todo tiene que seguir un timing perfecto, ocurrir en el momento adecuado, dotar de esa epicidad al cambio o llevarnóslo al extremo opuesto, hacerlo sin pensar. Ambas opciones son válidas y a mí me han funcionado a lo largo de mi vida. Los que os hayáis leído el libro entenderéis porqué Yupi es el primero que piensa que estoy mal de la cabeza. No fue, hasta que escuché y empecé a conocer todo el trabajo de divulgación de Jay Shetty, que decidí implementar su sistema de 5 pasos para el cambio y cómo tomar mejores decisiones. Me lo voy a llevar a mi terreno, aunque podéis aplicarlo con cualquier cambio que queráis hacer:

#1 Aprendizaje

Imagina que quieres empezar a entrenar como un atleta híbrido. Te llama la atención el ser capaz de controlar ambos mundos, la fuerza y la resistencia. De lograr metas que parecían imposibles. Elevar tus estándares y conseguir la mejor versión de ti mismo, ¿lo tienes?

Ahora, vuelve al presente y analiza todo lo que no te gusta de ti mismo en relación a tu físico, tu mentalidad, tus valores, tus principios, tus hábitos, todo lo relacionado con tu entrenamiento, tu nutrición, cómo te ves en el espejo, anótalo todo. Una vez que tnegas eso primero, piensa y escribe todo lo que te llama la atención del cambio que quieres conseguir, visualiza la persona en la que te quieres convertir, pero no la idealices, aterrízala, dale forma, sé consciente de todos los obstáculos que conlleva, de todo el trabajo que hay detrás, 

¿Te ves capaz de cargar con toda esa mochila a cuestas durantes meses o años?

#2 Experimenta

Esta parte es la más desconocida de todas y la que mucha gente se salta restándole importancia. Ahora es momento de jugar, de explorar, de ser curioso. No necesitas realizar un cambio cambiando todo de la noche a la la mañana, puedes ir poco a poco intentando ver cómo pueden ir encajando las piezas del puzzle. Sal un día a correr, algo fácil y experimenta de primera mano cómo te sientes. Escribe a alguien que esté viviendo la vida que tú anhelas y pregúntale cómo es, qué tal lo lleva, cómo es la experiencia (Podéis preguntarme a mí, sed educados y respondo siempre). Busca algún amigo o grupo que te ayude a probar si te parece muy díficil dar el primer paso. No tienes que dejar de hacer lo que haces por completo y jugártelo todo a una carta, solo por el mero de hecho de que te has cansado de hacer algo y te estás dejando llevar por una respuesta dopaminérgica. Experimenta y mira dentro.

#3 Rendimiento

El hermano mayor de la fase de experimentación. Sigue practicando en mayores dósis, aquello que más te guste y que realmente esté sacando lo mejor de ti o te esté ayudando a encontrarte de nuevo contigo mismo. Incorporar un día más de carrera, comprarte unas nuevas zapatillas, apuntarte a tu primera competición, contratar a un entrenador que te haga la vida más fácil… Esta etapa es para descubrirse y conocerse mejor a uno mismo.

#4 Lucha

Jay dice que en realidad esta fase es como un comodín que va apareciendo en cada una de las fases desde el inicio de un cambio y de manera intermitente pero constante. Estoy muy de acuerdo con su forma de verlo. Tendemos a pensar que si un cambio está hecho para nosotros, entonces solo tendremos que dejarnos llevar, entrar en un estado de flow y todo será más fácil. Habrá personas, que por el contrario piensen que cuanto más difícil, mayor y mejor será el cambio. La realidad es que ambas formas de verlo son acertadas, pero también erróneas. La incertidumbre, los obstáculos y los días más complicados, siempre van a a estar ahí. Son como mini bosses a los que tienes que enfrentarte para subir de nivel. Como dice mi buen amigo Sergio, los atajos no existen, el único camino que existe es el camino lento. No escogemos una dirección porque tenga más o menos dificultades, sino porque voy a saber cómo manejarlas, cada dificultad me va a inspirar para sacar lo mejor de mí y eso es lo que me hace más fuerte. Descubrir de qué estoy hecho.

#5 Prosperidad

Acabas de matar al boss final y derrepente, sientes que entras en un nuevo nivel de consciencia pero te acaban de quitar todas las armas y tus protecciones. Vuelves a empezar, pero no de cero. Ya has pasado por todos los pasos y sabes cómo volverlo a hacer, lo único que esta vez el cambio al que te enfrentas quizá sea algo diferente. 

Llegar hasta aquí, no te asegura tener éxito siempre. Estos pasos son cícliclos y están en constante movimiento. Nuevos obstáculos, nuevas adversidades, nueva incertidumbre. Aunque esta vez, con una mentalidad diferente.

El miedo al cambio es una reacción natural y tiene muchas maneras de manifestarse, como paralizarnos, generarnos ansiedad, nerviosismo, descontrol. Reducir esa incertidumbre pasa por forjar un carácter basado en la disciplina, que nos ayude siempre a encontrar la manera de acortar la distancia entre el miedo que sientes y el potencial de crecimiento que tenemos cada uno dentro. Para eso están estos pasos e historias como la mía que puedan ayudaros e inspiraros a rascar más allá de la superficie, en aras de descubrir quién sois y en quién queréis convertiros.

📚 Un libro que recomiende

«How to change» La ciencia que hay detrás de quién quieres llegar a ser, investigada y recogida por Katy Milkman.

🎵 Una canción que no me saco de la cabeza

«Raveolution» Sandro Silva & Graham Bell, os dejo de paso mi playlist favorita para entrenar: The Hybrid Hunter playlist

📹 Un vídeo especial

Rule yourself, spot publicitario de Under Armour con Michael Phelps

🎙️ Nuevo episodio de Crudo

📝 Un mantra que compartir

«What you do in the dark, brings you to the light”, Michael Phelps

🎥 Mi último vídeo en YouTube

Si crees que esta newsletter te ayuda y puede ayudarle a alguien más, te agradezco enormemente que la compartas: Tiny Victories

Gracias de corazón por estar ahí,

Pablo